Y bueno, como les había comentado anteriormente en otra entrada de resacas literarias, ahora les hablaré de esa resaca que parece como si te tomarás mucho alcohol y te da asco toda la comida o lo que tenga que ver con alcohol: me refiero a esa que te da cuando has leído muchos libros y parece que ya no puedes comenzar uno nuevo. Es como si de repente el cerebro te dijera: "¡Ya basta! No quiero leer más". Y entonces uno sufre porque para alguien que ha sido lector casi toda su vida, es imposible imaginarse la vida sin pasar un día leyendo...
Pero creánme, suele pasar.
Cuando yo termine la carrera de Letras latinoamericanas, creí que por fin podría leer todo lo que quisiera sin presiones ni imposiciones. No obstante, sucedió algo muy chistoso: no podía leer al ritmo que yo estaba acostumbrada y lo peor del caso, me distraía demasiado.
Lo peor es que llegaba a botar libros y me costaba trabajo comenzar algunos.
Supe que eso no era normal, así que me decidí a buscar una solución a esa extraña enfermedad.
Para empezar, decidí que debía leer mínimo 10 páginas al día. Tal vez fueran poquitas, tal vez era extraño para alguien que se había acostumbrado a leer 100 por día, pero bueno, tenía que alcanzarlo porque si no, podría ser que nunca acabaría de leer tal o cual libro.
Funcionó en cierto punto, porque a decir verdad, aunque le avanzaba lentamente, había días en los que me daba flojera leer (malo, muy malo), entonces dependiendo de cuánto me tardaba, decía: si no he leído por tres días, leeré 30 páginas, por citar un ejemplo.
Y sí, poco a poco comencé a recuperar el ritmo de lectura, aunque esto no fue lo que realmente me curó (pues definitivamente, uno necesitaba disciplina y yo a veces, he de admitirlo, carezco de ello u_u), sino otra cosa que suele recomendarse mucho en estos casos:
LEER ALGO DISTINTO A LO QUE ESTÁS ACOSTUMBRADO
Resulta que yo soy muy fan de la novela y de la poesía. En especial la romántica y todo lo que tenga qué ver con mitología, terror, magia y guerras épicas. Y no recuerdo porque, pero a todo lo que tenía qué ver con ciencia ficción, mundos desastrosos y revoluciones sociales, no me llamaba la atención, aunque tenía una poco de curiosidad por conocer la ciencia ficción, en especial por la tecnología que manejan, pero me frenaba el hecho de que hablaban sobre sociología, que si bien no le hacía al feo, me causaba un poco de mello, como si dijera, " creo que no le voy a entender por esto o esto otro".
Hasta que me dije, "bueno ya, no puedo leer nada, así que probaré con otra cosa. Leeré ciencia ficción: o termino amando a la ciencia ficción o la termino aborreciendo".
Pues dicho y hecho comencé con "Los Juegos del Hambre". La verdad es que de tanto que platicaban de ellos, me dio curiosidad y yo no sé si era por la forma de escritura o qué, pero me los terminé en menos de una semana. Y me gustaron tanto que decidí irme por los clásicos (en ese entonces, yo no sabía de Divergente y de Maze Runner sólo había leído unas pocas páginas del primero). Sí, los clásicos de ciencia ficción me costaron trabajo porque no estaba familiarizada con su lenguaje, pero conforme iba avanzando en la lectura, quería saber más, más era la indignación y más era la necesidad de saber qué pasaba, que no los dejé ni los boté. Ya no fue de leer sólo 10 páginas al día, sino que aumenté a cincuenta o a sesenta por día y de ahí brinqué a 100.
Obviamente, depende también mucho de libro, pero creo que para todo se necesita disposición. Por ahora, para no perder el ritmo y ponerme a leer más, sigo el reto de Goodreads, el cual consiste en en leer (para este año) 25 libros, más algunos extras. Y claro, hago mi lista xD
Pueden consultarla aquí. Ahí mismo checarán a como voy (siento que ya me atrasé u.u). Ahora le mezclé diversos géneros e incluso, para no perder la costumbre, a cosas que no estoy acostumbrada a leer. Digo, para evitar otra resaca.
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