jueves, 28 de agosto de 2014

Apocalyptica: El metal también se lleva en el cello

Ahora que releí "En las montañas de la locura", de H.P. Lovecraft, volví a mi primer acercamiento con el Metal y Rock pesado, pues hace diez años, cuando leí este libro por primera vez conocí a este grupo y sin querer, los fusioné. Por tal motivo, era de ley que volviera a escuchar a este grupo mientras leía de nuevo "En las montañas de la locura", en especial con los dos primeros dos discos de esta banda que ya ha despegado y agarrado fans a lo largo del mundo.
Así que vamos con:




Integrantes
Eicca Toppinen-cello
Paavo Lötjönen-cello
Perttu Kivilaakso-cello
Mikko Sirén- batería

Anteriores
Max Lilja- cello (1993 - 2002)
Antero Manninen (1993-1999; a veces los acompaña en las giras, pero ya no toca en los discos)


martes, 26 de agosto de 2014

Pesadillas en las Montañas de la Antártida

Lovecraft siempre me va a parecer fascinante. No importa cuántos años pasen desde que lo leí por primera vez y me hizo estremecer con "En las montañas de la locura" y "El Necronomicón", siempre volveré a sentir el terror inicial cada que abra uno de sus libros.
La semana pasada volví a "En la montañas de la locura", porque muchas cosas ya no las recordaba y por otra parte, al estar metida en esto del terror y la ciencia ficción, decidí que volvería a él para reconocer estos terrenos. Y de nuevo me volví a sentir como uno de los personajes, huyendo de criaturas grotescas o impresionándose sobre esculturas de millones de años, realizadas por criaturas inteligentes del espacio exterior.
Es cierto que en los albores del siglo XX apenas se hablaba sobre vida en otros planetas, aunque ya lo presentían algunos mitos o relatos antiguos de la civilización humana, pero parecían más increíbles. No obstante, si bien Lovecraft concibió una mitología acerca de estos monstruos extraterrestres, puede verse su inteligencia para desarrollar este mundo como si fuera real y precisamente estuvieran entre nosotros.
Recuerdo que en la preparatoria (cuando conocí a Lovecraft), un grupo de amigos que nos habíamos fascinado con los relatos de este interesante autor, hicimos un club llamado "Necronomicón" y nuestra Biblia era precisamente ese libro de ficción que para nosotros era real. Comenzamos a creer que en verdad la vida había sido traída por extraterrestres, que muchas de las construcciones que no tienen explicación, las habían realizado ellos y que Lovecraft era su profeta. Como todos los grupos juveniles, se desintegró en cuanto salimos de la prepa y en la facultad me enteré que "El Necronomicón" había sido un invento, al igual que todos los relatos de este autor.
En la facultad conocí más de H.P. Lovecraft y quedé prácticamente enamorada de su obra, en especial porque a mí siempre me ha fascinado el terror y la forma en como lo maneja me atrajo en demasía. Por otro lado, sus ensayos sobre el género me parecen una delicia para nosotros los que estamos interesados en escribir sobre terror y tal parece que aplicaba lo que decía en éstos.
Gran lector de Edgar Allan Poe, también podemos encontrar algunas referencias entre sus obras, en especial en relación con el ambiente. De hecho, "En las montañas de la locura" podemos encontrar algunas referencias en relación con "Las aventuras de Gordon Prym". Nunca he leído esta obra, pero no voy negar que en esta segunda lectura, me apunté el libro para lecturas posteriores, pues puede que en una tercera lectura de "En las montañas de la locura", encuentre otros elementos que me hagan soñar.
Sí, tuve unos sueños bien raros y casi siempre eran pesadillescos porque mi mente trabajaba muy rápido para mostrarme a los Antiguos y los sogots, criaturas descritas "En las montañas de la locura". Y como había mucha tensión, en los momentos que cerraba el libro para dormir, parecía que entre mis sueños me perdía imaginando que pasaría después, aun cuando recordaba vagamente el final.
Creo firmemente que esta es la magia de algunos autores, que parece que no puedes despegarte de ellos ni en sueños. De hecho, hacía ya un tiempecito que no soñaba algo tan vívido y parece que Lovecraft despertó mi sentido onírico, aunque sea en pesadillas frías. Aunque eso no me importa realmente, después de todo, las pesadillas en ocasiones suelen ser liberadoras, tal como es la literatura de terror para mí.

lunes, 18 de agosto de 2014

Mis vacaciones en Marte

Ayer acabé de leer "Crónicas Marcianas" de Ray Bradbury y como me suele pasar con los libros de este autor, me dio una fuerte sacudida y un trancazo a mi realidad. Por supuesto que al principio el libro parecía todo paz y alegría, hasta me deleitaba imaginando las ciudades de los marcianos hasta que te cruzas con la voracidad humana que parece no importarle destruir años de milenaria cultura con tal de replicar el hogar en la Tierra.
Es por ello que decidí titular esta entrada así, pues guiándonos con la sinopsis del libro, de inmediato pensé: "Me voy a vacacionar con los terrestres". Y sí, al principio era muy lindo, pero al llegar a la mitad del libro, todo empieza a cambiar.
Ya lo decía Borges en el prólogo del libro, Bradbury logra conmover y aterrorizar al mismo tiempo. Y no es es que sea un terror como el que nos producen las historias de fantasmas, sino que causa pavor el hecho de descubrir de lo que es capaz la raza humana, pues aunque parezca mera ficción, podemos darnos cuenta que no está tan alejada de la realidad. Basta echarse un clavado por la historia y descubrir como los europeos llegaron  a las tierras de América, África y Australia para arrasar  con algunas culturas que tenían conocimientos interesantes o simplemente relegarlas como si fueran algún mal. Incluso las enfermedades que diezman a los marcianos son casi las mismas que acabaron con poblaciones enteras de indígenas. Y  lo advierte Spender, uno de los tripulantes de la cuarta expedición de exploración, quien al ser arqueólogo se percata de los errores humanos que nunca se corrigen.
Sin embargo, es curioso ver como la advertencia de Spender se vuelve realidad  cuando muchos terrestres llegan a Marte con la finalidad de poblar al planeta y de huir de las catástrofes que ellos mismos provocaron en la Tierra. El ambiente se va volviendo más desolador y por ende, uno quiere seguir leyendo para ver como termina de asentarse la civilización humana y como va afectando a los marcianos, que de hecho, hay cosas muy crueles y otras muy irónicas, como pueden leerse en los capítulos "El Marciano" y "Encuentro nocturno", donde nos revela encuentros de humanos con marcianos ya asentada la civilización y si bien vuelven a chocar las dos culturas como pasa en las primeras exploraciones, en estas nos da un golpe a lo que los humanos concebimos como real y tangible.
Otro de los capitulos que me causó un dejo de emociones encontradas fue "Vendrán lluvias suaves", pues es la muestra de como se queda abandonada la Tierra y una casa inteligente sigue funcionando a pesar de que no hay nadie, siguiendo su rutina. Pero nos da a entender que nada es perpetuo y al compararlo con los pensamientos que te muestran acerca de lo que pensaban los marcianos, te das cuenta que ellos sabían muy bien de esas cosas y por ende, al percatarse que no durarán para siempre, intentan esconderse pero no escapan de la fatalidad como les sucedió a las antiguas culturas de la humanidad que fueron conquistadas.
Finalmente diré que fue un libro que disfruté mucho y lo recomiendo mucho para aquellos que les gustan las distopías, pues al final de cuentas nos muestra una si bien todo comienza muy bonito y utópico, poco a poco se va transformando en una fuerte crítica a nuestro sistema actual y a la naturaleza humana en general.

sábado, 9 de agosto de 2014

¡No le tengas miedo a los clásicos!

En una ocasión me puse a discutir con una amiga que los adolescentes normalmente le temen a la literatura clásica y prefieren irse por otras cosas antes que agarrar un libro de siglos pasados o de autores premio nobeles. Lo curioso en esta discusión fue que la literatura juvenil, si bien ha abierto la pauta para que los jóvenes se acerquen a la lectura, algunos de los que han estudiado Letras consideran que mucha de aquella literatura es mal llamada "basura" o "desechable".
En cierto punto estoy en desacuerdo, pero hace algunos años me puse a leer literatura juvenil como loca y me decepcioné de muchos libros, porque casi todos parecían seguir una receta y me volví a los clásicos para recuperarme de esa resaca. No voy a negar que ahora, en cuanto a literatura juvenil me he vuelto más selectiva.
Pero este no es el punto, sino que considero que dentro de los clásicos bien puede haber libros que de adolescentes nos pueden caer muy bien, en especial porque conocemos costumbres de otras épocas y como pensaban los jovencitos de aquellos tiempos. Además, también hay viajes en el tiempo, magia, cuentos de vampiros, brujas y encantados. Y tocando el tema de que todo se sigue contando, podríamos descubrir ciertas raíces de algunas novelas juveniles en los clásicos.
Cuando iba en la preparatoria, apenas comenzaba la oleada de literatura juvenil y en las librerías incluso estaba revuelta con los denominados clásicos, entonces muchas de las veces, para buscar un libro, tenía que leer las sinopsis tanto de juveniles como clásicos sin distinguir cual es cual. Fue hasta que leía estos libros cuando sabía que pertenecían a otra época.
Me emocionaban muchos de ellos,en especial porque describían épocas diferentes y me imaginaba todo a pesar de que había una narración escrita con palabras menos modernas a nuestro lenguaje. Pero la historia estaba ahí, cautivando a pesar de los siglos (o año en que habían sido escritas), además que siempre estaban acompañados de reflexiones, ya fueran con ciertas frases o entre líneas, que me hacían reflexionar varias cosas, especialmente en relación con la naturaleza humana o porque cuestionaban a la sociedad de su época, al cual a pesar de los años, parecía que seguía criticando este mismo siglo, como si algunas cosas nunca parecieran cambiar.
Esa es precisamente la magia de los clásicos y no, claro que no vienen con palabras aburridas, al contrario, tienen un toque especial que hacen que no pares de leer y continúes. Ya sea porque quieres saber en que acaba la historia, porque te encariñaste con un personaje y deseas saber cómo le va, porque te atrae la época en que fue escrita, etc, siempre tienen un toque.
Sé que en ocasiones nos aterroriza pensar "Dios, este libro va a estar pesado" por lo que luego nos cuentan o creemos que está lleno de palabras raras, pero es mejor dejar de lado un prejuicio y si tienes la curiosidad de leer algunos clásicos, aquí unos tips para que su lectura se te haga más amena:
1.  Es preciso que encuentres un lugar bastante cómodo y silencioso para leer, donde nadie te interrumpa. Podrías hacerle como dice Italo Calvino en "Si en una noche de invierno un viajero...", encerrarte y advertir que leerás un clásico para que nadie (o nada) te distraiga.
2. No te preocupes si de repente ya no pudiste seguir el libro, suele pasar. Yo a veces dejaba pasar uno o dos años para volverlo a continuar (o empezar) y entonces ya lo disfrutaba, pues parecía que a la primera no era el tiempo (también me ha pasado con libros juveniles). No obstante, si eres de los que no les gusta dejar el libro, puedes leer 10 páginas diarias, verás que así no lo sientes tan pesado y en cualquier momento podrás encontrar el clímax que causará que te enganches en la lectura.
3. En ocasiones, en este tipo de lecturas se precisa del diccionario, pero en veces esto nos distrae mucho de la lectura, así que lo recomendable es primero seguir leyendo y si una palabra salta a nuestra vista, enfócate primero en el contexto de lo que te estaban relatando y lo más seguro es que la entiendas. Sin embargo, si de verdad sientes que no entiendes de que se trata, entonces sí, corre por el diccionario (ahora ya hay aplicaciones muy buenas para que las tengas en el celular).


4. Si eres de los que acostumbra a leer con música, lo recomendable es que la escuches bajita, pues en ocasiones hay veces en que nos ponemos a reflexionar y sé que uno termina tareareando la canción en lugar de seguir leyendo lo que pasa. Y si sientes que te distrae demasiado, apágala, no pasa nada. A veces es mejor leer en silencio.
5. Si sientes que te estás distrayendo mucho mientras lees y estás releyendo muchas veces un párrafo, es mejor que no te detengas tanto o abandones la lectura. En la primera instancia, te insto a continuar leyendo, pues en ocasiones esto causa que nuestra retención sea menor. Lo recomendable es seguir con la lectura, así estemos pensando en un montón de cosas. Cuando te entras de lleno al a historia, si tienes la necesidad de regresarte para saber que leías, puedes hacerlo. En cambio, si de verdad sientes que nada más no te concentras, lo mejor es cerrar el libro y empezar otra actividad, para retomarlo unas horas después o al otro día.
6. También se vale gritar, llorar, blasfemar contra los personajes, o reír con ciertas actitudes o acciones, pues los clásicos también tienen mucho para causar el efecto catártico.
7. NO LEAS EN VOZ ALTA. Aunque esto aplica para todo tipo de lecturas, lo cierto es que me ha pasado más con los clásicos para, según yo, concentrarme. Pero en ocasiones esto causa que le ponga menos antención al estar escuchando mi propia voz. A menos que sea poesía,  no es recomendable leer en voz alta.

Y bueno, estos son algunos tips para que disfrutes y te embarques en un clásico, el cual puedes acompañar de café , chocolate o galletas. ¡Ah! Y no olvides una libretita de notas, te aseguro que  la necesitarás, en especial para anotar frases tan certeras que pueden ayudarte después ;)
Por último, no me queda más que decirte que en como todo, no te presiones de que debas leer algún clásico, sino que los leas cuando tengas la necesidad de hacerlo o uno de ellos te llame desde la estantería de una librería o desde un librero. Lee la sinopsis primero y déjate cautivar...


miércoles, 6 de agosto de 2014

GREGORIAN: Un acorde entre el rock y los cantos gregorianos




Hace mucho que me moría por hablarles de estos cantantes y como nos fuimos a lo medieval, decidí que les tocaba el turno.
Este grupo es de mis favoritos, en especial porque hacen covers de canciones de rock clásico con ¡cantos gregorianos! Sí, así como lo oyen, aunque ya en sus últimos discos se han aventurado a coverear metal sinfónico y les ha quedado de a 10.
La verdad es que es un grupo bien intenso y me he perdido entre su música tanto para leer como para escribir, pues han logrado una perfecta sincronía entre el rock y los cantos gregorianos, lo cual deriva en música exquisita para los oídos.


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